A un cierto tiempo de la vida, o en ocasiones especiales;
cuerpo y mente se pueden transformar en una simple
-pero de compleja labor- resistencia.
Quien conozca someramente el funcionamiento de algunos
materiales eléctricos, puede advertir que el elemento que
les señalo cumple una función muy importante en un circuito
que trabaja con carga eléctrica.
Su función es la de oponer fuerza a la alta carga de tensión
que circula por los conductores.
La resistencia más común es la que con forma de espiral
impide que el flujo de corriente circule con toda su potencia
y reduce la carga de esta última al hacerla circular en varias
oportunidades por su espiral, provocando que le cueste mucho
trabajo el paso, y disminuyendo su voltaje.
Esta acción reduce el flujo de corriente y permite que funcionen
y no se deterioren, los elementos que trabajan por detrás de
ella.
Entonces, reitero: Hay circunstancias en que el cuerpo
y la mente viven transformados en una especie de resistencia
permanente y es un trabajo muy duro.
No sólo es un trabajo que agota, sino que es muy probable
que -en ocasiones- el elemento en cuestión no resista y se
termine quemando.
Cuando esto pasa, el circuito deja de funcionar.
Jorge Horacio Richino
Copyright.