¿Qué piensas?
¿Por qué te contienes?
¿Qué cruza por tu mente?
¡No! Rechaza ese nefasto pensamiento.
¡Sigue adelante!
Camina, camina... ¡No te detengas!
Continúa la senda marcada.
De noche bañada de luna.
De día por el sol refulgente.
No demores tu paso, acelera la llegada.
¡Ten en el horizonte fija la mirada!
Desecha espejismos equívocos.
Si te sientes desfallecer
descansa un rato en el ocaso
al recodo del camino.
Apenas un instante para fortalecer
la sangre que destilas.
Pide a Dios que te asista...
¡A la Virgen que te guarde!
Verás renacer en ti las fuerzas
surgiendo en cada poro de tu piel.
Te pondrás de pie.
Caminarás sorteando escollos.
Así cumplirás con tu destino
y desafiante...
seguirás adelante tu camino.
Marta Victoria Castro
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