Al pensarte, desairada la percepción de tu ser presente
la lógica se ausenta, se asume innecesaria,
y la intuición gana espacio con avidez necesaria.
Se repliega el deseo como afán clandestino
reacomoda su cauce soslayando el desatino,
tu imagen me subyuga en estático proceso.
Te asumiré en la quietud, en los excelsos parámetros.
En lo difuso de las coincidencias truncas, mi intuición te llamará a destino.