Inquietud en la noche
¡Que extraña noche la que inquieto mi espíritu!
Cómo la felicidad vivida en el día se transformo sin previo aviso
Alegría infinita es tu nombre en mi pantalla
Anhelo leerte, sentirte, hablarte que me sientas aún y callada
Llamadas en la noche se devienen
Acuses de recibo, reproches, verbos hirientes
Mi línea esta ocupada… ¿qué ocurrirá si él me llama?
Te digo, me dices, te vuelvo a decir, más, otra vez, teléfono…
Y así, hasta llegar al lugar de reposo, mi cama
¿Me habrá llamado en todo este tiempo?
Voy a llamarle para decirle que me retiro a mis aposentos
Más otra llamada entro sin darme apenas tiempo
Pierdo toda calma y respondo como no suelo hacerlo
La paciencia tiene un límite y de veraz que lo siento
La empatía es ciertamente dolorosa en algunos momentos
Al fin logro marcar tu número de teléfono
Varios tonos se suceden y a continuación te pierdo
Discreta inquietud comienza… ¿se habrá molestado por ello, me habrá llamado más de una vez…? Y me respondo
No puede responder y lo hará en breve momento
Tomo el libro entre mis manos intentando hacer tiempo
Imposible concentrarme necesito recuperar aliento
Marco de nuevo su teléfono, lo mismo que en el otro intento
¡Joder! Que desespero, que angustia, y que impotencia siento
Apenas si recordaba estos momentos cuando al otro lado de la línea solo escuchas el silencio
La mente viaja a través del tiempo, es fugaz, veloz, traicionera, lamento…
Cierto es que los dioses celosos de nuestro encuentro
Boicotearon la noche de llamadas, de desfavorables momentos, de eternos silencios, de olvidadas angustias, de malos pensamientos…
Inquietud y me despierto, te busco y te encuentro quiero llamarte pero no me atrevo…
Vuelvo a despertar y de nuevo te leo quiero volver a llamarte pero otra vez no puedo y prefiero abrazarme a tus palabras que escuchar de nuevo el silencio…
Silencio que defines circunstancial y sin derecho,
A negarle al pensamiento la presencia de tu piel, de tu tacto, de tu olor, de lo que siento…yo por ti y tú por mí cuando me dejaste en la mañana un beso…