Millar de vientos soplarán las alas de los pájaros,
aparecerá un reflejo de luz sobre el grano maduro,
vuelve a ser polvo, vuelve el aliento al cielo,
el alma partirá como las amapolas desnudas.
En cualquier lugar los pasos ya no serán necesarios,
la vida una pesadilla, la muerte un sueño,
detrás de este mundo encontrarás un trasmundo
lleno de antípodas que se conjugan en la nada.
Partiremos por ese tormentoso remolino,
allí donde todos los seres se repliegan,
la savia perderá su dominio bajo los ciclones del mar,
nunca más las gaviotas gritaran en tus oídos.
A llegado el descanso de los huesos,
la consumación de toda utopía,
brotarán lágrimas en los sauces
cuando hayamos cruzado el negro manto.
Te ha llamado la muerte para embalsamar la tierra,
donde hubo un cuerpo aparecerán estrellas,
innumerables soplos bajo ruido de hojas calcinadas,
estaremos listos para devolver, lo que siempre fue del mundo.
Y que ocurre con los muertos,
seguro yacen sin zapatos en las barcas de almendra,
en una borrasca tenebrosa.
con aguda humedad de un pétalo de violeta.