Hay allí documentos,
en los que se almacenan
unas tristes vidas sin depósitos
bancarios, y una razón que obliga,
y una nación de estandartes y un golpe
sobre la mesa, iluminada por una luz verde
y acuosa. Resistencias abandonadas,
pulsos de goma elásticas, bombillas
azules con polvaredas de moscas, y latas de combustibles.
Hay allí poleas y sogas, y rectas convergencias,
y sexos apoyados contra la matriz del vientre.
Y vigas y cagadas de palomas.
Lo que sobra y lo que basta, vidas distinguidas
por un golpe de acetileno, de arena gorda
y de estériles promesas.
Rotas maderas donde fermentan esporas
y crecen líquenes, besos en tiniebla, cascos
de botella inaugurando una casa.
Crucifijos como bocas que no paran de hablar,
y bodas, y matrimonios mal avenidos; y las rosas
claveteadas a las puertas, como nacidas de un mar
que trajo la herrumbre.
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