Alejandro

Libre

Poco a poco recorro

tu contorno,

me escurro

sobre la línea de tu espalda.


Los besos calan

en los huesos,

no hay arista sin estremecer

en tu geometría.


Te susurro mentiras

para engañar al tiempo,

mientras tu humedad

se desliza

por las huellas de mis manos.


Me fundo hasta en tu sombra

y enloquezco en tu mirada,

tus uñas son el faro

que me guía hasta tu puerto.


Ahí donde la calma

ya no es calma,

sino libertad,

los gemidos

se apoderan del silencio

y el momento es eterno.


Luego yaciendo en ti

me fumo tus suspiros

y bebo de tus sonrisas,

mintras que mi pecho

es tu almohada

y tu cuerpo mi libertad.