\"Te tocó el turno de reír querida,/ tu alma ríe y ya no llora./ Ven, mírame y dime mi vida/ ¿de quién es el turno ahora?\".
Te preguntas cosas sobre mí,
cosas que no has podido responderte,
si no eres lo que quise hacer de ti,
si ningún sueño contigo se me dio,
no entiendes cómo es posible que yo
todavía me anime a quererte.
Será que en el fondo soy testarudo,
que no me es fácil dejar de querer;
que el amor conmigo nunca pudo
hacer lo que hace en otros casos…
pues no me anoto en los fracasos
que ha tenido siempre en su haber.
A mí, júralo que no me verá llorar
ni me hará decir cosas arrepentido;
si era su plan destruir o maltratar,
pues no eligió a la persona bien…
No hay nombres en mi alma que estén
condenados por siempre al olvido.
Te preguntas por qué no he muerto,
no sabes qué me mantiene vivo,
siempre me observaste soñar despierto,
me viste elevar mi alma tanto, tanto…
y ya ves, ahora a mi alma le canto
y al amor mis poemas le escribo.
El amor conmigo se equivocó,
gastó energía que no se recobra,
cuando entrar en mi corazón decidió,
en cada rincón se encontraba
mil “te quiero” que necesitaba
y un “te amo”, que nunca sobra.
Te preguntas por qué no estoy vencido,
qué extraño misterio en mí se encierra;
soy soldado que aún no se ha rendido,
que tan sólo sabe amar más y más…
que sacrifica incluso hasta su paz
para enfrentarte en tu propia guerra.
Y demostrarle al amor que puedo
conquistarte aunque me rechaces,
que nunca voy a sentir miedo,
que haré que sientas que me perteneces,
el día que por divertirte me beses
o que por jugar me abraces.
Haré entonces que tu diversión
se convierta en algo muy serio,
todos los juegos del corazón
al final no me van a afectar,
si mis razones para ganar
siguen siendo un misterio.
Te preguntas sobre mí y ríes,
aprovecha y ríe de buena gana;
pero te advierto, no te confíes,
porque de pronto y sin querer,
podrías tal vez amanecer
enamorada de mí mañana.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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