Su marinero de luces
se quebró en aquella tarde,
cuando la suerte cobarde
puso al torero de bruces
Una vida de ilusiones
se frustró en aquel momento,
y volaron con el viento
tantas promesas de amores.
Era todo arena y cielo
al promediarse la siesta,
pero hubo un grito en la fiesta
y ya no hubo más consuelo.
Rojo sangre su pañuelo
y dolor en los estrados
... muchos sueños proyectados
derribó aquel negro velo.
Jorge Horacio Richino
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