Sábado en la noche, de llovizna impertinente, vías por donde pasa el metro, andenes, la calle de la puñalada, aberturas en todas las aceras, edificios derribados, montañas de detritus, vigas naufragando, consumidores de té, café, limonada, la fragancia del aguardiente en el aliento de los excluidos, libros desahuciados, alucinógenos en las tijeras de los barberos, frutas sobre ruedas, jabones con pelos, boxeadores que vacían las discotecas con sus berrinches y trompadas, restaurantes, cervecerías, quincallas donde se compran guantes para acariciar moscas, burdeles donde los cangrejos se desplazan hacia delante, maricas con zapatos bajo los brazos, quijadas chorreadas por el semen que salta desde los billares.