A Hellen Blass…
Yo soy el niño que juega
bajo la lluvia en el campo,
donde la cigarra invisible
con sempiterno canto
evoca las risas de amores
benditos que antaño
sonaron con numen fugaz…
Yo soy el peregrino
que en cada camino encuentra
el amor escondido
bajo la sombra de la soledad.
Yo soy el rocío
que en aurora larga
la faz cubrirá con sonrisa fresca,
y un susurro distante que no morirá.
Yo soy árbol y viento,
viento y árbol que unidos con dicha
danzan y juegan, juegan y danzan
sin llegarse a cansar.
Yo soy brisa de mayo fresca,
luna de abril radiante,
de marzo sol refulgente
y de enero frío voraz.
Yo soy llanto y sonrisa
de amor y desdicha
y pena tejida con el hilo eterno
de la primera pasión.
Yo soy el hombre que quiere
y en libertad espera…
en el cielo yo soy la centella
del errante cometa que no vivirá.
Mas soy el poeta
que en versos sencillos
apuesta la letra del verbo mejor…
y el amante sincero
que busca en tus labios
la eternidad del amor.