Amarte de nuevo en voz alta
frente a luna destapada
o leerte con las manos,
escondernos, y conjugar
anáforas en mi pantalón o en tu falda.
Mejor que la critica literaria
es besarse por la espalda
repasando el prontuario de caricias
para no olvidarlas.
Como aquella noche de literatura
hojeaba la inocencia
del lomo de tu figura.
Y en la estanteria
eramos rima de un solo verso.
y con las puntas de las estrellas
escribimos un libro de poesias.