hermanosheraldos1

Un mundo viajó dentro de nosotros

Un día tan lindo con amigos

después de recorrer una larga trocha

llegamos al paraíso,

no estaba el león comiendo junto al cordero

ni el sendero iluminado a mil focos amarillos,

menos aún estábamos desnudos

éramos unos ovillos de ropas,

sin embargo nos sentíamos ligeros.

No había animales como se citan en la Biblia

solo unas cuantas aves nos daban los buenos días,

devoramos todo así como gigantes,

se ahogaron nuestras gargantas

Con aguas doradas,

ya éramos gula personificada.

En la noche todo era negro

en la entrada dos faros blancos

nos daban la bienvenida,

pareciese que entrábamos al mismo infierno,

el cancerbero no daba tanto miedo,

pues una de ese trio de cabezas

que eran a la vez diferentes

le faltaba un par de dientes.

Supusimos que había mucho fuego,

no había ninguno,

solo el que salía de nuestras bocas,

por una noche nos convertimos en dragones,

no teníamos garras,

ni casas como escamas,

nuestras palabras quemaban y

dejaban costras deformadas,

unos versos incendiarios

que se esfumaban,

en esa noche que ya extrañaba.