Tú nunca has de saber cómo yo oculto el miedo
Este miedo peor que las tormentas
Este miedo intacto volviéndose costumbre
Qué sabes tú de ciertas despedidas
Ni de las culpas que lo destejen todo
Qué sabes tú de la distancia sin paz conciliatoria
Para un pecho con demasiadas ruinas
Qué sabes tú de las manos que hieren con caricias
Y te fraccionan hasta inclinar tu nombre
Qué saber tú como yo oculto el miedo
En cárceles oscuras y grutas prohibidas
En qué historia violácea detonan mis anhelos
En qué aullido o qué rezo
Yo aclamo valentía.