ALVARO J. MARQUEZ

LAS POETISAS... Y YO

 

\"Escribir era mi modo de amar/ y siempre tuve cosasque decir,/ ya ves, tú no me has podido olvidar/ y yo no he dejado de escribir\".

 

A una le digo que es muy bella,

a otra que no hay una como ella,

a aquélla le juré que es linda…

Hay una a la que miro y miro,

otra a la que mucho admiro

si su arte en letras me brinda.

 

En verdad, cada noche me topo

con bellezas a las que un piropo

una sonrisa seguro les aporta.

Unas no tienen fotos ciertamente,

pero no es la física precisamente,

la belleza que más me importa.

 

Hay algunas que me consienten

y como un santo me sienten

cuando escribo, cuando hablo

y yo no entro en aclaratorias,

para que por mis historias

sepan si soy un santo… o diablo.

 

Les pido que no me idealicen,

pero a veces igual me dicen

que mis poemas son el motivo

y me piden compasivas por favor,

que deje de ser el perdedor

en cada historia que escribo.

 

Pero es incierto, no siempre pierdo;

le escribo al olvido, al recuerdo,

al amor puro que es entre dos…

Y hasta místico me puedo volver

cuando feliz me atrevo a meter

en mis poemas al propio dios.

 

Mantengo una línea de respeto

cuando escribo hasta de mi nieto

y me siento al hacerlo de lo mejor…

Le escribo a las caricias, a los besos

y en poemas románticos como esos,

yo me siento un verdadero ganador.

 

Volviendo con las bellas poetisas,

son en sí mismas como sonrisas

que en sus letras se reflejan…

Pero aparte de ser hermosas,

son también todas tan generosas

que de mí nunca se quejan.

 

Pueden ser eróticas, ardientes,

sensibles y hasta muy valientes

y exhiben su verdad como bandera.

Si leerlas puede ser mi vicio,

no hay nadie en su sano juicio

que pueda pedir que no las quiera.

 

A veces por mi estilo siempre triste

se preocupan y creen que existe

alguien que me está haciendo sufrir

y tal vez no lo digan por respeto,

pero creerán que hay un amor secreto

y que yo no lo quiero decir…

 

Pero sépanlo, este humilde servidor,

jugando a ser poeta que pasión desate,

también ríe, llora, canta y sueña…

y vive buscando el mejor camino

y a veces mi sentir tiene un destino

y mi corazón… late… late… late…

 

Original de Álvaro Márquez

Caracas, Venezuela

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