Como si fuese un fragmento filoso,
Del diamante más bello del mundo,
Cortando y perforando en mi pecho,
Como buscando sacarme el corazón.
No sé qué puso Dios en tus ojos,
Pero esa mirada fue suficiente,
Para dejar el miedo y ser valiente,
Para robar vivo tu corazón latente.