Las olas del mar iban y venian hasta la orilla,
mientras tu me decias que me querias,
que yo era solo para ti.
De repente me pediste que nos acostáramos en la arena
para poder acariciar tu cuerpo de mujer
y arreglar tu pelo que la brisa despeinaba
como si tuvieras olas de seda en tu cabeza.
Quedando enamorados esa tarde de sol,
cuando nos besamos con pasión sobre la arena,
acariciándonos nuestros cuerpos sedientos de amor,
entre la marea y las hojas de palmas caidas,
hasta sentirnos extasiados de tanto placer,
despues de tanto amar.
Para finalmente con un beso
jurar querernos por siempre ,
mientras que la noche con sus estrellas
otra vez nos invito a soñar.