Karen Rod

Cruel belleza

El saber que el agua está estancada en algún pozo viejo

Y que la sierra riega sus lágrimas para bañar las aldeas

Las de paja y concreto por igual

El saber que el grano esta vendido antes de llegar a ser pan

que el dulce sabor del pan con agua es más que una cárcel

Cuando suenan las tripas

Y que ese mismo pan se hace artesanalmente para paladares menos ruines

De amaranto, quinoa y ciruela

De vino, cacao y almendra

 

Que en cada extremo que toque me veo

y hago una mueca hacia dentro

Porque no importa a donde vaya, si el fuego me consume

en el más gélido glaciar

El elixir blanco que escalan los que tienen alma de pájaro

Los que no temen al peñasco, a la mala pisada

por una vista alegre desde la más alta cumbre

Que les devuelva el aire perdido en el humo de los edificios grises

 

 

Puedo andar todas las miles de cientos de millones de carreteras

Viajar alrededor, al centro y fuera del planeta

y seguiré siendo aquel y aquella,

el forastero de la vida

Depende de en qué punto me arroje la tierra

De que me empujen o decida saltar la frontera

 

Debo beber la cruel belleza,

Como el odio al amor y la paz a la guerra

Masticar la mentira y saborear la verdad

Como el tao se alimenta del todo

En la danza del caos y el orden

puedo quedarme un minuto en blanco

ahuyentando mi propia videncia

Entre aquí y allá, con la mente en auto-hipnosis

Dibujando mariposas en el tiempo

 

Y es que perder la consciencia no se puede

No se es capaz de ver el lado eterno sin ser un simple mortal

Ni tampoco celebrar la vida sin un breve poema

 

Ese que te hace empuñar el corazón hasta exprimirle miel

y cerrar los ojos en un sueño despierto

En un intento absurdo de renunciar a ver

quedarte ciego a voluntad, y cantar sin hacer ruido

Devorando uno a uno tus ideales

Caminando hacia la vida corriente

Simulando volar alto donde no se asome nunca

El rostro de la cruel belleza