Hoy mis sueños tienen pesadillas,
En mis órbitas yacen unos ojos muertos,
Mientras imaginó un mundo de colores cálidos,
Un cielo gris se desmorona.
Mi felicidad se encuentra en coma, moribunda; ensimismada dentro de un pozo viejo y húmedo mordisquiada por las ratas,
En algún recoveco de mi memoria dilapidan mis recuerdos de infante y viejos amores amargos,
Entonces comienza el llanto sin consuelo, y las lágrimas emergen como la sangre de una herida abierta que no cicatrizara ni el tiempo.