La persona que guiar quiere tiene el alma bondadosa,
está libre de egoísmo, trabaja sin aspaviento
y sin ningún secretismo. Regala el conocimiento
para aquel que lo requiere de una manera afanosa.
Para que el avance impere, se aplica en forma armoniosa
un diáfano pragmatismo, desarrollando el talento
que elimine el pesimismo que nos causa abatimiento,
pero fácil no se adquiere, por ser ciencia laboriosa.
El que solicita ayuda debe tener humildad,
aceptando correcciones para lograr mejoría,
siempre sacando la duda con la mayor seriedad.
El arte brinda emociones cuando lleva maestría,
es la manera más pura de sentir la libertad,
así volarán pendones honrando a la poesía.