Todo se paraliza
Solamente quedan escombros
Y malos ratos
Los monjes llenos de acertijos
Caminan sin rumbo
El mar revuelto
Lleno de cadáveres y semblantes
Mi rostro también
Esta plasmado
En las olas y las algas
Entre el salitre
Que escupen los torpederos
De mala muerte
Y las ensenadas empeñadas
En ser irreversibles
Mientras las lágrimas caen
En caravana incontrolable
La hierba crece vertiginosamente
Se enraízan los desvelos más terribles
Y comienzan a chamuscar los jeroglíficos
Que nutrían el cerebro
Solamente soga y cepo
En plena civilización
Hasta el sol se ha vuelto perverso
Y vende sus rayos
A un alto precio
¿Qué será del estómago,
¿De los viejos y los niños?
Si el único precio es la caída
La tierra sórdida y estéril
Nos expulsa
Al caos ecuménico
Donde sobrevivimos
Atados al despeñadero
El aire suspendido
Recicla el aliento que no llega
Se escuchan lamentos de todos los colores
Temas calientes e impávidos
En la punta de la lanza
Pájaros sin alas
Hombres torcidos
Mujeres ácidas
Ambos perdiendo la raíz
A esta hora nadie puede
Escapar de los estragos
Estamos confinados a muchas depresiones
En eterna maldición
Solamente nos queda un haz de luz
Impenetrable
Mientras la parca
Se alimenta
De tantos cuerpos yertos