Regresaron los barcos a la orilla
y se apagaron las luces del puerto,
eran pocos pero muy grandes
y pegados a sus cascos
vinieron las olas más tristes
mordidas por bocas de orcas
y tiburones de blancos dientes
bailando con ellas.
Una copla triste con olor a muerte,
mar de traición, mar traidora,
otro mes en alta mar y un invierno más
sin redes matando pescadores de suerte
durmiendo dentro del oleaje,
cuando el peso frío y húmedo
de sus cuerpos se hundió hasta el fondo
y la arena cavó sus tumbas
mar bravía ,mar salvaje, los dejaste morir
y ahora en el puerto de nadie
vestiste la copla de negro
y todos rezaron por su muerte