Piel morena,
que viene e impregna mis pupilas
de dulces feromonas.
Piel ardiente,
déjame recorrer con la yema de mis dedos
tu vientre, ¡muy lentamente!
Piel canela,
imprégname de ti endulzando
todos mis sentidos, hasta perderme en el
abismo de tu ombligo.
Piel de barro,
moldeable al tacto de mis cálidas manos
enséñame a recrear las grietas que otros
han dejado.
Piel de cacao,
alimento de los dioses, que se derrite en la boca
dejando su sedosidad en lo profundo del paladar.
Piel de café,
adictiva, profunda, estimulante
que saboreo lento disfrutando de sus notas.
Mujer, viste tu piel que ese color te sienta bien
hace recordar los placeres de la vida, volviendote
deseable, quimera en mis pupilas.
-luna de octubre