En este estado disgregado,
Siento un comienzo y un ocaso a cada segundo, minuto y hora.
En donde los amores, y las derrotas pierden importancia.
Este lenitivo momento, sin pendencia lo acepto, me amoldo a él.
Me traspongo en un estado lítico.
De felicidad por desaparecer mis pesares, demonios y tragedias.
De tragedias, al finalizar todo aquello en la vida dio que le dio importancia (Dios, familia música, poesía, y amor)
Ya todo se discurre, sin esnobismo, ni existencialismo.
Sin oprobio de mi ser a actos propios,
Ni lindeza a los bellos aconteceres humanos.
¿Será una forma permanente o de manera transitoria?
¿Un nuevo estado del alma o una etapa finalizada?
Lleno de interrogantes, sin llegar a tener respuesta,
Ya no tienen razón de ser.