Su rubio cabello,
abatido por el viento cayo,
junto a la joven solo se vio una daga
y en ella una puñalada en el corazón.
Su madre le encerró,
ella solo lo termino.
Con lágrimas en los ojos,
la amada del sol se desplomo.
La noche y el día se juntaron a la tarde,
todos con asombro recondarón al par.
Dos doncellas enamoradas,
y una ley desigual.