Pregunto ocasionalmente a mi reflejo, por que tiemblan los nervios
Por cual motivo el cuerpo humano esta colmado de misterios
Como cuando tirita vacilante al paso de los dedos
Pero calla sus labios, frente la evidencia de un adulterio.
Punzo mi cintura y tiembla con un involuntario deleite
Colisiona con las palabras que en mi lengua se detienen
Que nos hace pensar que es concupiscencia, si la mente no lo permite
La discrepancia entre el cuerpo e intelecto, no es un juego de escondite.
Es tanta la curiosidad, en la respuesta de cada roce
El humano lo llama natural, mas aun lo desconocen
Tal delicadeza la diferencia, eso sujetado, cual quieren tocar detrás del broche
Y la conmocion en los ojos queriendo abarcarse, al encontrarse un amore.
Entre lenguaje y tacto, solia haber siempre ahí, un acuerdo
Cuando perdi el momento del reemplazo de hablar, por abandonar el barquero
Aquel quien a la lujuria de la pasión, ayudaba a entenderlo
Tal vez mucho aun tengo que aprender, sobre la rareza que es el cuerpo.