“Ante la desgracia . . . un fiasco.”
López necesita, urgente,
un asesor muy consciente,
un humanista sensible
ante desgracia terrible.
Por la que Tabasco pasa,
huracanes, lluvia abraza
al maravilloso edén
que ha quedado sin sostén.
Bajo aguas está sumido
todo su encanto perdido
por el líquido echo presa,
sea del cielo o de la presa.
Entre otros muchos entuertos,
en la cuenta van seis muertos,
cerca de doscientos mil
damnificados, caos vil.
Él no quería visitarlo
trató siempre de evitarlo,
ya olvidó que ahí nació,
que en esa región creció.
Después de un mes de evadirlo,
de esquivarlo, de rehuirlo,
al fin viajó a tal terruño,
mas mostró el cobre, su cuño.
Al preguntas responder,
“tengo otras cosas que hacer”
puso de excusa y pretexto
de modo muy incorrecto.
Pues solo hizo un sobre vuelo,
jamás piso el triste suelo,
lodos, terreno anegado,
a paisanos les ha negado.
La dicha de su presencia,
de su fortaleza, esencia
de un sentimiento de apoyo
que los libre del embrollo.
Porque todo ha sido un fiasco
en tal paseo por Tabasco
no mojó ni sus zapatos,
¡ay, momentos tan ingratos!
López no hizo recorridos
por los sitios más sufridos,
la inundación de Tabasco
al peje le dio mucho asco.
Actitud malvada, insana,
no pasó por Macuspana
cuna donde vio la luz,
cargará siempre la cruz.
De agobios de lugareños,
de penas de tabasqueños,
pero más por el desaire
que les hizo desde el aire.
El infame “presidente”
que no cuida ni a su gente,
así, por encima del agua
la traición siempre se fragua.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 11 de noviembre del 2020
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