Horcas - Vencer
De las amarguras zafé,
pero el rencor me invadió,
no temo mirar atrás.
Otra vez aquí, ofuscado,
por el peso de los años
pero sin bajar peldaños,
detenido en el pasado.
Veo al cuerpo maltratado
preso de su pensamiento,
pensamiento tan sangriento
que le carcome los huesos,
la carne vil y los sesos,
¡Imagen de un gris lamento!
Veo mi alma y dice ¡Has muerto!
ahora vago entre sueños,
delirantes y sin dueños
donde nunca me divierto.
Cual arenas del desierto,
donde el cuerpo yace preso
y yo nunca salgo ileso
de la tristeza que ofrezco.
¿Será que yo lo merezco?
¡Que aplasten hasta mi seso!