Cae la lluvia y a nadie moja salvo a mí
y viene de mis ojos y no son lágrimas sinceras,
yo lo sé demasiado bien como para negarlo sin remordimiento
en mis letras en un momento ligero...
Cae la lluvia y es demasiado lejos
como para verla venir en silencio
por una buena época calmándose uno
con lo que quede despues del gran desastre internacional
de rabia acumulada en la vena obstruída
que corté hace mucho tiempo, y es eso lo que llueve
desde mi mente para electrocutarme en niveles pausados
por constelar los charcos con primaveras de paso
estacionario hasta el verano, que ves ahora...
Tal vez mañana nos veamos entre las flores
marchitándose de tan vivas, dos naturalezas muertas
y esporádicas resurgiendo de sus cenizas
espontáneas, tan grises como nada en la espuma
de nuevos rostros contemplados sin latente agonía.