¡Que bello estar sujeto
de aquel mirar azul,tan adorado!
Sentir su rayo inquieto
que vuela ilusionado,
con alas del amor apasionado!
¡Que dulce es la ambrosía
que tienen rojos labios purpurinos;
con esa brujería
de besos tan divinos,
que ofrecen con candor sabrosos vinos!
¡Hermosa es la mañana
sintiendo la fragancia del aliento;
de la regia sultana
que arroba el pensamiento,
llenando de color el sentimiento!
¡Momentos tan edénicos
nos brindan esos muslos tan lozanos,
con dones tan helénicos,
sensuales y profanos,
que brillan en festines parnasianos.!
¡Y tanto nos incitan
los senos insinuantes y selectos;
que las venas agitan
sus pezones erectos,
igual que dos volcanes de perfectos!
¡Los lechos bien mullidos
nos brindan esas glorias celestiales;
que dejan bien fundidos
anhelos siderales,
de cuerpos con delirios pasionales!
Por eso siempre pienso:
¡La dicha terrenal es nuestra gloria;
cubierta con incienso
y queda en la memoria
guardando del placer hermosa historia!
Autor: Aníbal Rodríguez.