Que mi sangre se riegue toda,
En las playas tibias de mi vida,
Y te piense cuando mi alma sola
Te recuerde así bella y serena.
Ojala que se mueran mis besos,
Y Tú no haberlos sentido nunca,
Sin haber tocado mi piel tu aurora,
Sin encontrar la luz de tus ojos...
Ojala que sea el cruel destino
El que marque que entonces sea
Que nunca alcance mi sueño
A pisar de tus playas tú arena.
Me duele que en tu rivera,
Jamás mi río se encuentre,
Duele que en mis peñascos
Tu musgo no reverdeciera.
Viste insignificante mi amor,
Que solo fue para ti un sueño,
Uno más de miles de tantos
Y Yo puse entero mi corazón,
Tú que dijiste necesitarme,
Yo que en ti puse mi vida
Quise en ti dichoso sentirme
Indiferente tu alma a la mía.
Tú, ilusión de mujer majestuosa
En tus horas de lúcido diurno
Tu que por tu genuina belleza
Hechizó a mí ser tan nocturno
.
Seré tu amante en el silencio
En esta distancia que es tanta
Él que ya no alberga esperanza
De verme en tus ojos de cielo.
El mismo que iluso quiso,
Amarte siendo yo el verso,
El que confió sus sueños,
En alas de cera y gran vuelo
Mi piel de barro morena
De tanto sol más se quema
Te digo adiós, linda princesa
Mi amor no atrapo tu estrella.
Pues de tu estela brillante
Recordare en ti la blancura
Esa que de tu alma tienes
Tú linda sonrisa oh, hermosura