Se han reunido en un cónclave mis musas
antes que a mi mente llegue el ocaso,
todas, en ascenso al Monte Parnaso
para hacer un soneto sin excusas.
Si bien las ideas están confusas
y hallo al ánimo decaído y laso,
no habrá espacio ni lugar al fracaso
aunque valer tengan de cancamusas.
Que en este mundo de duendes y de elfos,
al hijo de Poseidón y Cleodora
no se le va a resistir ni un terceto.
Ninfa, náyade, Oráculo de Delfos,
bebed de aquella fuente evocadora,
que tres palabras más y está el soneto.