miau, maulló el gato
y entre chillidos le contesto el ratón,
guau guau refutó el perro
y el humano no entendió.
estando en el prado, la paloma descendió,
ladeando su cabeza,fijamente le miro,
dos gorriones en cuclillas danzaron a su alrededor,
y el humano no entendió.
en la avenida caminaba, cuando una farola, sentada en el anden,
llamo su atención, con su luz a un libro, que en el escaparate se exhibía,
en desuso lucían sus manecillas, por las faltas de visitas,
más la puerta abrió, vio un letrero que plasmado decía, biblioteca: la casa del lector.
entro lleno de curiosidad, cogió el libro de portada azul,
con letras doradas se leía elipse de locura,
un poemario escrito perfectamente en el lenguaje que conocía.
sin métodos de escritura, lo entendió.
la noche se le hizo eterna, pero llego,
sin tener palabras para describir lo que entendía
otras cosas sin entender se quedo.
queriendo descifrarlo con la ayuda de morfeo a sus brazos se entrego.