Por favor no me perdones
tampoco me castigues.
Hermosa flor del m\'burucuyá,
mas útil, té del tilo del Dacá.
Ruta del bitumen que realzo
me lleva célere a la capital
y mi cansado pie descalzo
al cantarino fresco manantial.
Para qué la escalera de acero
si con alas de serafines ya vuelo.
El incendio crece con rápido fuego
la lluvia lo apaga fraterno tu cielo.
Mi gimnasia son letras magras
almácigo anémico de las palabras
que livianas como el volátil helio
no nos salvarán del ritual del sepelio.
Entonces ¿qué haces? Cállate, espuma,
¡ el rumoroso silencio a nadie abruma!