Hoy me acordé de ti en la mañana
y vi tu figura, sonriente,
acercarse hasta mi lado.
Sabía que era un sueño
y que nada de lo que veían mis ojos
correspondía a la realidad.
Pero pensaba en ti
y alejé la tristeza y sus sombras
que tanto me agobiaban.
Cerré los ojos y busqué un jardín
donde una rosa temblaba
en un rosal.
Llevé mis dedos a la flor
y dudé en cortarla para enviártela
con mis besos.
Pero fue un instante nada más.
Sentí un escalofrío y te vi allí,
junto a la rosa con tu cara de niña.
\"Buenos días poesía...\"
Te saludé en silencio
y tu sonrisa, sin palabras,
llegó a mis pupilas, con un beso.
Beso invisible como la brisa
que llega de los mares
y con el aroma de tu cuerpo.
Me estremecí nuevamente
al sentirte entre mis brazos
y escuché tus latidos y los míos.
Hoy me acordé de ti, te digo
y te repito, aunque no hace falta,
pues lo sabes y colocas
a tus labios en mis labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/06/20