Entre tus brazos quisiera
Olvidarme de mi pena,
Encontrar la voz serena
Que ante nada desespera;
Encontrar la luz primera
De tu alma siempre buena,
Una gracia, que, aunque ajena,
Es honesta, pura y plena;
Robar los besos sagrados
De ese cofre de ambrosía
De esos cabellos dorados
Sentir su tierna armonía
Y entre tu dulce regazo
Sentir que al fin eres mía…