Se le exige que apele a la osadia
que haga del valor carta primera
que deje por amor la cobardía
y que se ponga al hombro su quimera
Que sea el capitan de su delirio
y el ojo al huracán enfrente solo
que venza con fervor todo el martirio
y en barcos de papel se juegue todo.
No se, quizá, no sea un buen corsario
y tema en el final el abordaje
allí donde se encuentran esos labios
que deben en un beso arrebatarse.
Allí donde el amor es un tesoro
bodegas de pasión se le revelen
y eterna soledad no lo persiga
a veces por temor solo las migas
se encuentran en lugar de tanto oro
con tanta indecisión y sin bandera.