Andaría
noche y día
siempre siguiendo tu rastro.
Volvería
y encontraría
el punto en que te perdí.
Lloraría,
ya no eres mía,
poco queda que decir.
Encontrarte,
para darte
aquello que no te dí.
Grito tu nombre,
oigo el eco
que responde.
Y el silencio posterior.
Tú, no vuelves.
Es peor….
Con pavor,
me recorro el laberinto.
No hay salida,
ni cabida,
en mi corazón dolido
para tu olvido.
Culpa mía
que te fuiste.
¡Con motivo
estoy tan triste!
Sigo andando,
a todos lados voy mirando
y buscando…
Tu perdón.