¡No me cuadran los números!
El amor llegó a mi vida,
a edad quizás muy temprana,
él sabía más que yo,
la inocencia era mi cara.
La experiencia que él tenía,
es la que a mí me faltaba,
tres hembras y muchos años,
arrastraba con gran carga.
La primera, me contó,
de sapiencia iba sobrada,
vestía trapos de flores,
de henos vestía su cama.
La segunda era muy fina,
tenía la piel muy clara,
pero era negra en la noche,
como la más fea araña.
La tercera tan alegre,
pero de salud escasa,
le enamoró como un niño,
lloró mucho al enterrarla.
La cuarta era muy fuertota,
también muy criticada,
araba sola el bancal,
y fincas que a ella le echaran.
La quinta y más revoltosa,
le costó mucho amarrarla,
cuando el cincho tuvo puesto,
en el corral la encerraba.
¡Espera, espera!, le dije,
los números no me cuadran,
Ni los números ni..¡chanfle!
¿con potra tú me comparas?
Le di una buena coz,
donde duelen las entrañas,
que mi recuerdo lo tiene,
en lo más hondo del alma.
Dolores Egea (Lolaila)