Yo estaba junto a ti, oro refulgía el paisaje,
y la paz del ocaso
trasmitía un mensaje,
dispuesto en el bagaje
para un pícnic de paso;
incógnito e invidente me quemo, me abraso
aislado en amores y enigmas a campo raso.
Falta el vigor que ataje el posible fracaso,
y aunque no llene el vaso
ni caiga en el chantaje
a mi corazón de fuego, en tórrido carruaje.
¡Ay demencia de amor como la agitación de ondas!
Fuego tan majestuoso que en mi corazón rondas.
Meúsical Do-Re-Mi-Fa-Sol
Rozo tu suave mejilla
como a las cuerdas de mi guitarra,
acordes de horizontes
que flamean sobre mi rostro
igual que alas de avecilla
abstraído no veo el fuego de sus labios.
Y mi rostro al firmamento narra,
mimos que juntas,
y tu beso en mi barbilla,
dulce como el fruto de la parra
y el allegro en los montes.