Sueña mi anhelante boca
con unos labios jugosos,
que la colmen y la sacien
de besos libidinosos.
Y despierta acartonada,
deteriorada y sedienta,
en la noche de los sueños
no hubo beso, solo afrenta.
Sueña el iris de mis ojos
con otros ojos clavados,
con una mirada ardiente
de la pasión inyectados.
Despiertan atormentados,
humectantes las pestañas,
en la noche de los sueños,
¿en mis ojos?…solo lágrimas.
Sueña la piel de mi cuerpo
con las yemas de sus dedos,
sueña mi mano traviesa
con la cumbre de sus senos.
Despierta la dermis fría,
trémula por el desplante,
en la noche de los sueños,
nadie acarició a la amante.
Sueñan encima del vientre
revoltosas mariposas,
coloridas y vivaces,
con otras aún más hermosas.
Despiertan descoloridas,
borrosas, en blanco y negro,
en la noche de los sueños,
extinguiendo su aleteo.
Sueña el delicado oído
con música celestial,
con las notas que desprende
una boca al suspirar.
Despiertan rotos los tímpanos,
por ruidos atronadores,
en la noche de los sueños,
los ecos de desamores.