Y qué más da.
Qué más da si prefiero una taza de café,
un tabaco y la luz de la luna
para estar bien.
Noches largas llenas de letras,
pensamientos e historias
que le cuento a la luna sin cesar,
así hasta el amanecer,
esperando nuevamente su regreso.
Cigarro tras cigarro,
historias tras historias,
risas, llantos, melancolías y
hasta rabietas,
pero al terminar la noche
nos despedimos con un hasta pronto.
Y qué más da,
si al inicio del día solo espero su fin.
Y qué más da,
si me la paso pensando en historias nuevas
que contarle,
para al fin re-encontrarnos
nuevamente.