Se siente tanto tu ausencia,
no logro sacarte de mi cabeza.
Le pido a Dios en una oración
que te brinde protección
del mal que se vive hoy día
y qué ojalá vengas a la casa mía,
con un nuevo corazón
ansioso por recibir mi amor.
Luego despierto con frío en el cuerpo
pues tus manos no lo abrigan más;
el sereno de la mañana me cubre
y pronuncia fuertemente tu abandono
ese que una vez dijo que me amaba
para dejarme ir en octubre.
No voy a mentirte,
la verdad es que te espero cada día
y en las noches es cuando te pienso,
no he dejado de amarte
y esa es la peor parte,
porque tú vas por tranquilo por la vida
y yo estoy aquí anhelando tu regreso.