Suspiró el sol la niebla lo ha tapado;
suenan campanas con un son lejano
dejando un palpitar, una soledad,
en el cetrino cielo de la noche.
Sus huellas en tinieblas se esfumaron
desde el viaje al cenit de los cristales;
en recóndita magia misteriosa
fueron rompiendo el duro acantilado.
Si pasas por allí no te detengas
este vivo presente es mundo inerte,
solo encontraras cuerpos insepultos
que desojaron todos los recuerdos.
En las dunas de arena y de guijarros
nuestras sombras se evaden entre grietas,
más una débil luz rompió tinieblas
por aquellos caminos sin atajos.
Hugo Blair M.
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