PLEGARIA DE UN RECIÉN NACIDO PREMATURO A SUS MÉDICOS Y ENFERMERAS
Sí, ya sé; nací antes de término.
Soy un prematuro.
Mi vida depende en gran parte de ustedes.
Mis posibilidades han mejorado también gracias a ustedes.
Pero... ¡Por favor!... a quien más yo necesito es a mi madre.
Sé que no soy como ella me imaginaba;
sé también que quizás ella esté triste o se sienta culpable,
pero yo la quiero igual... y sé que ella también a mí.
Pero... ¡por favor!... dejen que ella me vea, dejen que ella me toque y acaricie.
Si ella aún no vino... debe ser porque aún nadie le dijo que podía.
Yo estoy seguro que con sólo mirarnos los dos, y mi padre, todos nos sentiremos mejor.
También quiero pedirles algo a ustedes.
Les mentiría si les dijera que estoy contento.
La incubadora hace mucho ruido. El colchón no es cómodo.
A veces tengo frío. A veces mucho calor. A veces tengo hambre y a veces tengo sed.
La tela adhesiva me lastima la piel y mis pies tienen grandes heridas.
No entiendo mucho por qué tengo que sufrir. Supongo que es el costo de mi curación.
Pero sé que casi todo depende de ustedes.
Piensen un poco más en mí, yo se los agradezco.
Los veo trabajar a mi alrededor.
Los oigo hablar de mí. Sé que se preocupan.
A veces me asusto al verlos, sobre todo cuando vienen hacia mí con agujas.
Pero también me asusto cuando no los veo. A veces paso mucho tiempo sin ver a nadie.
¡Qué horrible es no poder llamarlos cuando los necesito!
No me dejen. Dependo de ustedes. Mis padres y yo confiamos en ustedes.
Algunos sé que me quieren de verdad. No sólo como profesionales.
Más, si creen como yo que es posible querer más.
Me doy cuenta por la forma en que me tocan, aún cuando lo que me hacen es doloroso.
Otros sé que no me quieren, quizás porque significo más trabajo.
Me tratan con rudeza y sin afecto.
Pero yo les pido... si no me quieren, por favor no me cuiden.
No se engañen a sí mismos porque a mí no me engañan.
Sé diferenciar una caricia y el afecto de una agresión y el rechazo.
También sé que algunos de ustedes son mejores, más capaces.
Yo no pretendo que sólo ellos me cuiden.
Tú que eres nuevo puedes hacerlo pero, por favor... si tienes dudas,
si ves que no puedes, llama al más capaz.
Requiere más valor decir que no sabes que ocultarte pretegido por mi silencio.
Yo nunca te denunciaría. No puedo. No quiero... Tú te condenarías solo.
Les pido por favor porque yo estoy preparado para decir: muchas gracias.
Pertenece al Dr. A. Miguel Larguia.
Publicado en \"Neonatología\" - Actualizaciones - Instructivos para Médicos y Enfermeras. Editorial Ergon.
1983
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