Por cuatro metros cúbicos de tierra
y apenas un cajón y ocho manijas
juega ese señor que no escatima
quitarle al vecino su quimera.
Sacarle todo el jugo, la heladera,
vaciarlo de fervor, llenarlo de hambre
morderle yugular, tomar su sangre
y luego retirar su escupidera.
Andar haciendo alarde de galera
de traje Christian Dior, bien perfumado
negándole un favor a uno de al lado,
bajando el pantalón con los de afuera.
Acá, en mi país, asi las ratas
que hablan de moral y de justicia
engañan al tapar sus inmundicias
con esa hipocresía de \"su plata\".