SirAvles

Crónicas de Iota

Era de así una asombrosa tormenta
entre los lúgubres llantos magenta.

He despertado en suspenso y terror
porque mi cielo ha perdido el color
calles enteras con grande fragor:
a olas, a ríos; catástrofe y horror.

Casas caídas, ciudades destruidas
lleno el albergue y familias heridas.

No es suficiente mi verso. Violenta
esta tormenta, también su dolor
eran funestas las miles de vidas.