Era apenas una ramita pisoteada en el camino,
alguien la cortó y la dejó abandonada
transeúntes indiferentes la patearon,
y allí estaba suplicando vida
Apenas le quedaban unos pétalos sucios y rojos
Levanté el cogollo y lo traje a casa
Te dí mi tesoro: un mugrón maltratado
Con la delicadeza de un experto cirujano
la sostuviste entre tus santas manos,
le hablabas con la dulzura de una madre que acuna
mientras cortabas sus partes malas
Me dijiste: tiene dos yemas buenas, va brotar...
Te miraba y te admiraba,
Te admiraba y te amaba.
Buscaste un lugarcito a la sombra de un geranio
escarbaste un hoyo en la tierra fresca
y con tus dedos de humus plantaste el mugrón,
Allí quedó, como bienvenido a su hogar,
el tiempo que todo lo cura
le dio losanía y esplendor,
y aquel cogollo deprimido y moribundo
se llenó de hojas frondosas
y hoy, como milagro de amor
mi malvón rojo floreció.