Mi amor, no somos eternos
eterna la lluvia que a nuestras almas empapa
eternos los miedos por encontrarnos de pronto desvalidos
solitarios y sin alas
Somos apenas un segundo de amor verdadero
la chispa fugaz de la alegría encarnada
nos movemos como lo hacen las más disolutas miradas
anhelando el encuentro
Cariño, no somos eternos
porque no somos montañas
pero somos reales
como la oscura noche, como la tranquila mañana
como la música diáfana
que invade a nuestros cuerpos
justo después de morir un instante
y reposar en la nada...