Miguel Alejandro Hayes

Los espejuelos

Me equivoqué.
Pensé que me quería,
porque me había regalado
aquellos espejuelos.

Si nuestra espiral hacia abajo
tenía el sabor de la misma agua,
¿por qué sería diferente?

Ella era el día equivocado para soñar,
por eso terminé besando la historia
que no se atrevió a escribir.